"Enrólate en las legiones, viaja a lugares lejanos, conoce gente exótica e interesante y descuartízala."
Así animaban a enrolarse en la legiones de la época Imperial romana.
En el periodo más convulso de Roma, un hombre sencillo lucha por ser fiel a sí mismo y a sus camaradas de armas. Lo que parecía ser una campaña que le hiciese cumplir su servicio a la República rápidamente, se convierte en una odisea que no parece tener fin; la causa, los juegos de los hombres del futuro por ser Dioses. Las aventuras y los avatares que sufrirá marcarán su destino inexorablemente para converger con el del primer dictador de Roma. Esta es la historia de Lucius Ulpius Severus, un portaestandarte de la Legión que intenta que su alma alcance fortuna, en un periodo de la historia en el que los hombres no pueden ser honorables por mucho que se esfuercen en ello.
"Diciembre está especialmente enlutado y frío este año. Hace ocho meses y cinco días que la guerra civil ha terminado, pero todavía la gente se sigue matando entre ella por odios irracionales y venganzas corruptoras. El oscurantismo ha asolado el país y cubre con sus lúgubres alas el resto de Europa para caer como un carroñero sobre el infortunio sembrado por los hombres; como si una segunda Edad Media, cargada de obtusos poseedores de la verdad divina, renaciera de su tumba. En este día, comienza la vida de la “niña”, como la llamarán en un intento subconsciente de borrarla de este mundo sus familiares menos transigentes; esos necios que abundan entre los humildes, entre los desheredados y los parias, entre los que no han querido, ni quieren saber de amor y vida; o “Mariquita la colorá”, como la conocen en su entorno cercano por el sobrenombre que su cualidad más ostentosa le confiere; o simplemente María; como quieras, pues para ella es totalmente anodino. Será, por que en su sencilla existencia, antepone la felicidad ajena antes que la propia; será por eso.
Y en este orden de cosas, parece que el universo comienza la redención del equilibrio cósmico con seres de naturaleza benigna. Es como si una poderosa divinidad vigilante, lanzara una frágil simiente a su suerte en este bosque negro, en este suelo marchito, esperando que su fuerza interior se active con el minúsculo rayo de sol que le proporcionará la vitalidad para elevarse entre los viejos árboles carcomidos, entre los centenarios, rígidos y arrugados que ya no valoran la fuerza de la luz como ella.
Y Si piensas que esta es una historia cualquiera, es que el amor ya no se encuentra dentro de tus fronteras y mi consejo es que lo persigas hasta el infinito y más allá, porque sin amor no hay vida, porque el amor cambia en constante dulzura la amargura de vivir, porque el amor está ahí y tan sólo tienes que abrir los ojos y el alma para verlo, para sentirlo..."