Hablar por hablar


Hablar por hablar

 

Habla el loco en su locura

desvaríos con soltura.

Habla el sordo en padeciendo

los sonidos del silencio.

Habla el amante enajenado

por el amor que lo turba

y el conversador callado

a todo aquel que no escucha.

Habla el político pesado

su perorata constante

y el clérigo de hacer impío

sus mentiras delirantes.

Hablan y hablan sin cesar

sin esperar nada a cambio,

ni un sentir, ni un malestar,

ni una sonrisa, ni un agravio.

Hablar sin sentido alguno

o sin receptor sincero,

es como cagar bocabajo,

la mierda que ha de abonar,

se queda en el agujero.