Soy un racimo cortado de fruta
ya muerta secándose en el pudridero
de una vida soluble en las tierras
sumergidas de la incomprensión.
Soy el 'nadie' bajo las nubes
de ámbito rosado, el "sin ti" vallado
que dormita sepultado en el limo.
No estoy solo pero camino
junto a la soledad, la respiro
día a día, hora a hora, sueño a sueño.
Soy la sangre humilde de mermelada
de naranja que amarga el paladar
y endulza la garganta con palabras rotas.
Soy el lobo sin manada que busca
la luna y la noche para encontrar
su alma atormentada por el fracaso.
No quiero ser fusilado por la tiranía
del error ocasionado, por la corona
lapidaria del que se cree alguien valioso,
no quiero ser el sur de tu barco
ni el sol de desérticos dominios.
Estoy y voy allá donde la luz brille,
donde los pájaros sean libres para volar
tan alto que sus alas sean de polvo gris.
Estoy y soy el galopar del viento,
el goteo de la lluvia solidaria y fresca,
el corazón que late desconsolado
muriendo y naciendo, naciendo y muriendo.