Volveré a vivir cuando te vea mañana.

Volveré a vivir cuando te vea mañana.

 

Volveré a vivir mañana

cuando el olor de tus senos

se acerque a oír mi deshielo.


Volveré a vivir mañana

cuando esos labios despiadados

destrocen el tiempo callado.


Volveré a vivir mañana

cuando la música no muera,

cuando tus manos no teman,

cuando aleteen sobre mi pecho

arando mis ganas y mis dones,

cuando me agarren el pelo

de forma apresurada,

sin paradas, con tirones.

 

Volveré a vivir mañana

cuando vea ríos en tu espalda

y estrellas en tus nalgas.


Volveré a vivir mañana

cuando las nubes sean sol

y tu cópula se agarre al amor.

 

Volveré a apostar por vivir y morir mañana

cada segundo,

cada guiño,

cada lápida bendecida,

cada hoja caída,

cada paso dado,

cada fantasma recordado,

cada sorbo bebido,

cada vino desperdiciado,

cada tropiezo liberado,

cada panegírico escrito,

cada sombra compartida

y cada muro conquistado.


Volveré mañana para retomar

los sueños con dioses,

y madres, y bosques, y lechos,

y para jugar, jugar y navegar



en tus memorias.

 

Espérame… volveré mañana.