Su nombre es Roma

SU NOMBRE ES ROMA

Ni tú, Lucio Cornelio, sabrás jamás que es Roma.

Nadie la describió mejor que su propio nombre, ubre.

¿Cómo va a ser tan simple su existencia, Servio Mario?,

Ciudad del río”, ella que conquistó vidas y pueblos,

ella que amamanta las ambiciones de sus padres

conscriptos y los vicios de la plebe caprichosa.

Y que saben los griegos de nuestros atributos,

ellos que cayeron subyugados por la fuerza, ¿por eso, rhòme?

Hija de Italio, hija de Odiseo y de Cirse, Ematión

o del propio Hércules, claro que sí, ¡hija de los dioses!;

porque una madre, un vientre no puede

serlo de los hombres Lucio Cornelio,

porque tú la amas para ti y todos

los que se llaman ciudadanos también;

eso no es amor a la patria de los romanos.

Los nacidos junto al Tiber y a las siete colinas,

los de buena cuna que veneran a sus antepasados

y no venden su alma a dioses paganos,

los que no quieren a Roma para prostituirla,

los que no comercian su voto al corruptor del estado,

esos son verdaderos amantes de la República.

Destruyes la protección del Palatino y el Aventino

secando las mamas que nutren el Senado

y haces morir demacrado, sólo y baldío

un nombre que asombró al mundo y a sus hijos.

¡Fallece la Roma Madre, ciudadanos!

¡Nace la Roma Bellum Internecinum!

porque así lo quieren los cobardes y Lucio Cornelio Sila.

                               
                                                                             Juan Fco. Cañada